Un recorrido por el psicoanálisis
Existe en la naturaleza y subsiste en el hombre un movimiento que siempre excede los límites y que nunca puede ser reducido sino parcialmente. De este movimiento no podemos generalmente dar cuenta. Es incluso por definición aquello de lo que nada dará cuenta jamás.1 (Georges Bataille, L’Erotisme)
Es el verso más célebre en la Antigüedad de los que pronuncia Medea (Eurípides, Medea, 1079): "Comprendo qué crímenes voy a cometer. Pero mi thymos (mi vitalidad, mi deseo), es más fuerte que mis bouleumata (las cosas que quiero)". Si euthymia es el secreto de la felicidad, dysthimia es la fuente de la locura. Medea ve lo que va a hacer: ve que la ola del deseo invade su pensamiento y va a llevárselo todo. Medea asiste impotente al torrente que no logra contener en ella y que va a arrastrarla hasta la acción. (Pascal Quignard, Le Sexe et l’Effroi, 1994)
Mi madre se quitó frente a mí su camisa y su pantalón. Se acostó desnuda. Yo estaba desnudo y me tendí junto a ella. (Georges Bataille, Ma mère) 2
¿Cuál es la relación entre dolor y goce según el psicoanálisis?
Puedes leer el artículo completo de Mélanie Berthaud en el siguiente enlace: https://www.acheronta.org/acheronta19/berthaud.htm

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